

De niños a estrellas del atletismo, la transmisión del arte del esprint en Jamaica
Sin aliento, Anastasia, de 11 años, agarra una merecida botella de agua después de correr 300 metros a todo dar con las zapatillas de esprint puestas.
Como docenas de niños reunidos en Kingston un sábado de abril, compite en carriles marcados con tiza en una competición de atletismo por la que la capital jamaicana es famosa.
"La mayoría de estos niños quieren ser profesionales, todos sueñan con convertirse en el próximo Usain Bolt o la próxima Shelly-Ann Fraser-Pryce", dice el entrenador juvenil Shanti Blake.
Entre el cacareo del gallinero vecino y el sonido reggae-pop del evento, los minicorredores -los más pequeños, de seis años- intentan reproducir las zancadas de las estrellas de la pequeña isla caribeña, auténtico vivero de medallistas olímpicos.
"Me dedico a convertir a algunos de estos niños en profesionales, y voy a hacerlo", afirma Blake, un exvelocista de 40 años cuya carrera se vio truncada por las lesiones.
- "Oportunidad" de vida -
Joseph Heron acompaña a sus hijas Nayeli, de diez años, y Jaya, de nueve.
"Correr las mantiene en forma y sanas, no importa lo que venga después, ¿quizá una carrera? ¿Quién sabe?", dice sonriente este cincuentón de elegantes rastas grises.
"El atletismo es una parte importante de nuestra historia y de nuestra sociedad. Puede convertirse en una carrera, pero también es una oportunidad de ganar una beca para estudiar en el extranjero".
Para los adolescentes más veloces, el siguiente paso se da en los Campeonatos Masculino y Femenino, un trampolín hacia el máximo nivel donde la presión es cada año mayor.
"Me encanta la sensación de velocidad", dice Shanoya Douglas, de 17 años, que ganó los 100 y los 200 metros a finales de marzo.
Algunos de los prospectos se marchan a estudiar a Estados Unidos, mientras que otros optan por unirse a clubes profesionales jamaicanos, como el MVP Track Club.
Su sede es el decrépito Stadium East, junto al estadio nacional, donde unos cincuenta velocistas golpean el tartán durante el calentamiento de los lunes a las seis de la mañana, antes de que el sol aplaste la ciudad.
El MVP reúne tanto a gente corriente como a campeones internacionales, entre ellos la cinco veces medallista olímpica Shericka Jackson y Kishane Thompson, plata en los 100 metros en los Juegos de París-2024.
- "Muy competitivo" -
El imponente Stephen Francis, con la gorra negra calada sobre la cabeza, se sienta en el centro del estadio en una silla de plástico rota.
Desde allí dirige a la tropa mientras unos cuantos asistentes preparan los chips de cronometraje.
Bienvenidos al reino de uno de los dos grandes campeones de Jamaica, junto con su rival Glenn Mills, antiguo entrenador de Usain Bolt.
Aquí, la autoridad de Francis es total: incluso los emisarios de la multinacional Nike aguardan con la esperanza de obtener luz verde para que sus atletas patrocinados prueben sus zapatillas.
Con su traje rosa, Tia Clayton fue reprendida tras hacer unos flojos 150 metros. Un séptimo puesto en los Juegos Olímpicos no le dio carta blanca a la joven de 20 años, rostro del presente y del futuro del esprint jamaicano junto con su gemela Tina.
"En Jamaica todo es muy competitivo y tenemos mucha gente rápida. Hay que tener la cabeza despejada para tomar las decisiones correctas. Yo no quería ir necesariamente a una universidad extranjera, prefería convertirme en una profesional aquí mientras seguía estudiando un poco", dice Tia.
- "Inspirar a las nuevas generaciones" -
Siguiendo un ciclo natural, las aspirantes de ayer se han convertido hoy en modelos para sus compatriotas más jóvenes.
"De pequeña siempre quise ser como tal o cual velocista", explica Tina Clayton. "Ahora entiendo que compito contra mis ídolos, y que los más jóvenes se inspiran en mí. Esa es la carrera que he elegido: crecer e inspirar a las generaciones más jóvenes".
Sentado al fondo del estadio, un hombre de mediana edad era calificado por un miembro del club como "de sangre real".
Se trata de Bert Cameron, de 65 años, el primer campeón mundial de Jamaica, en los 400 metros de Helsinki en 1983.
Tras disculparse por no querer hablar de su carrera por miedo a "decir tonterías", Cameron vuelve a concentrarse en su negocio de entrenar a un adolescente.
Es el continuador del legado de los velocistas jamaicanos.
X.Vanek--TPP