The Prague Post - Fort McKay: donde el bosque boreal de Canadá dio paso a las arenas bituminosas

EUR -
AED 4.177078
AFN 81.881459
ALL 99.252011
AMD 444.591357
ANG 2.049629
AOA 1037.158997
ARS 1294.140507
AUD 1.780172
AWG 2.047025
AZN 1.931025
BAM 1.956825
BBD 2.294803
BDT 138.092365
BGN 1.957857
BHD 0.428625
BIF 3332.101328
BMD 1.137236
BND 1.492134
BOB 7.854392
BRL 6.605291
BSD 1.136596
BTN 97.022843
BWP 15.66621
BYN 3.71968
BYR 22289.824581
BZD 2.282996
CAD 1.574122
CDF 3271.828209
CHF 0.930817
CLF 0.028662
CLP 1099.889199
CNY 8.334139
CNH 8.292901
COP 4901.486936
CRC 571.199327
CUC 1.137236
CUP 30.136753
CVE 110.756779
CZK 25.063095
DJF 202.109298
DKK 7.466602
DOP 68.803544
DZD 150.758836
EGP 58.143347
ERN 17.058539
ETB 151.279275
FJD 2.597104
FKP 0.855651
GBP 0.857288
GEL 3.116365
GGP 0.855651
GHS 17.695316
GIP 0.855651
GMD 81.317949
GNF 9843.343183
GTQ 8.754588
GYD 238.429138
HKD 8.82913
HNL 29.46444
HRK 7.42285
HTG 148.317723
HUF 408.387128
IDR 19177.096068
ILS 4.192296
IMP 0.855651
INR 97.094357
IQD 1489.779092
IRR 47906.064045
ISK 145.099713
JEP 0.855651
JMD 179.644139
JOD 0.806643
JPY 161.924773
KES 147.270901
KGS 99.205069
KHR 4566.002005
KMF 492.991687
KPW 1023.512353
KRW 1613.043782
KWD 0.348711
KYD 0.947196
KZT 594.971784
LAK 24598.413271
LBP 101896.340702
LKR 339.937138
LRD 227.418725
LSL 21.444738
LTL 3.357962
LVL 0.687903
LYD 6.221206
MAD 10.547841
MDL 19.662304
MGA 5177.713287
MKD 61.514233
MMK 2387.847064
MNT 4056.884197
MOP 9.086962
MRU 44.847502
MUR 51.277867
MVR 17.458034
MWK 1974.242053
MXN 22.425622
MYR 5.012364
MZN 72.675093
NAD 21.444738
NGN 1824.922095
NIO 41.821916
NOK 11.909658
NPR 155.236349
NZD 1.90379
OMR 0.437833
PAB 1.136596
PEN 4.279352
PGK 4.700463
PHP 64.495496
PKR 319.106927
PLN 4.278742
PYG 9097.767521
QAR 4.140224
RON 4.978928
RSD 117.291464
RUB 93.451578
RWF 1609.188866
SAR 4.267179
SBD 9.516785
SCR 16.196165
SDG 682.909487
SEK 10.940517
SGD 1.490626
SHP 0.893689
SLE 25.900549
SLL 23847.250746
SOS 649.935816
SRD 42.248128
STD 23538.488054
SVC 9.945212
SYP 14786.179821
SZL 21.403088
THB 37.923405
TJS 12.206811
TMT 3.980326
TND 3.398029
TOP 2.663523
TRY 43.238624
TTD 7.712041
TWD 36.987503
TZS 3056.318533
UAH 47.101683
UGX 4166.329832
USD 1.137236
UYU 47.664978
UZS 14768.739292
VES 91.95534
VND 29420.293975
VUV 137.567238
WST 3.158108
XAF 656.312471
XAG 0.034449
XAU 0.000334
XCD 3.073437
XDR 0.816192
XOF 653.910971
XPF 119.331742
YER 278.906956
ZAR 21.40494
ZMK 10236.484753
ZMW 32.36396
ZWL 366.189511
Fort McKay: donde el bosque boreal de Canadá dio paso a las arenas bituminosas
Fort McKay: donde el bosque boreal de Canadá dio paso a las arenas bituminosas / Foto: Ed JONES - AFP

Fort McKay: donde el bosque boreal de Canadá dio paso a las arenas bituminosas

El olor impregna el aire. Un hedor acre a gasolina. Luego está el hollín, que lo cubre todo: los árboles, los arbustos, incluso la nieve en invierno. Y durante todo el día, detonaciones ensordecedoras ahuyentan a los pájaros.

Tamaño del texto:

En Fort McKay, en la región de Fort McMurray, en el corazón del bosque boreal de Canadá, las coníferas y los álamos han dado paso hace tiempo a enormes minas a cielo abierto para la explotación de arenas bituminosas, uno de los proyectos industriales más grandes del mundo.

Vista desde el cielo, la zona contrasta con la gran extensión verde que la rodea. La tierra está salpicada de grandes agujeros negros, charcos gigantes de agua. Hay una maraña de carreteras asfaltadas por las que transitan cada día cientos de camiones, y en medio, inmensas fábricas que echan humo por anchas chimeneas.

En tierra, varias veces por minuto las detonaciones espantan a las aves migratorias, que llegan cada año a esta zona en el norte de la provincia de Alberta. Lo hacen para evitar que bajen a los enormes estanques que recolectan agua contaminada, donde flotan espantapájaros de hierro vestidos con chalecos naranjas.

Estas minas volvieron ricos a los habitantes de Fort McKay, la mayoría indígenas. Pero también han modificado y dañado profundamente la tierra en la que sus antepasados vivieron durante siglos.

"Todo ha cambiado, todo está destruido hoy", dice Margie Lacorde, de 74 años, triste al ver las hojas resecas y amarillentas por la sequía.

Esta locuaz métis (mestiza con ascendencia aborigen y europea) lamenta no poder bañarse más en el río y recoger bayas en los bosques como lo hacía de niña.

En su infancia, las familias derretían nieve para usar el agua para beber y cocinar. Eso sería imposible hoy: apenas la nieve toca el suelo, se ensucia por el polvo que se filtra desde las fábricas.

"La contaminación está acabando con nuestra naturaleza", dice Lacorde a la AFP, aunque ella trabajó en la industria petrolera durante años para mantener a su familia.

Tampoco quedan terrenos de caza: la tierra se vendió para uso industrial.

- "Profanado" -

"Es nuestro territorio el que está profanado por la industria petrolera en nombre del dólar y la prosperidad del dinero", afirma Jean L'Hommecourt, una activista ambiental de 59 años, que asumió la lucha que alguna vez defendieron sus padres.

Las arenas bituminosas son partículas formadas por granos de arena cubiertos por una película de agua, rodeada a su vez por una capa de betún, cuya extracción consume mucha energía y genera un gran volumen de gases de efecto invernadero.

Cuando se instaló la primera mina en 1967, se firmaron convenios con las comunidades para brindarles trabajo y recursos.

Pero los impactos ecológicos son tan significativos que se ha puesto en duda la existencia de poblaciones indígenas, cree esta activista.

"Todo aquello de lo que dependemos para mantener nuestra cultura se ha visto comprometido por la industria", dice la mujer de cabello largo y canoso, señalando las bayas que normalmente se usan para el té y que ahora están demasiado contaminadas para usarlas.

Hoy en día, los sitios activos de extracción de arenas bituminosas forman una cadena de más de 60 kilómetros a lo largo del río Athabasca.

El pueblo de Fort McKay, con sus aproximadamente 800 habitantes, es un pequeño punto en el mapa en medio de este complejo industrial.

Canadá alberga el 10% de las reservas conocidas de oro negro del mundo, gran parte de las cuales se encuentran en las arenas bituminosas de Alberta.

Todos los días, se extraen casi 3 millones de barriles de crudo de esas arenas, según datos oficiales del gobierno, lo que hace que Canadá sea el cuarto mayor productor de petróleo del mundo y el principal exportador de crudo a Estados Unidos.

En total, más de 4.800 kilómetros cuadrados se utilizan para la extracción de arenas bituminosas en el país.

La industria "se ha apoderado de todas nuestras tierras y aguas, nuestro acceso a nuestra vida silvestre y nuestras plantas medicinales", afirma L'Hommecourt, una indígena dene.

Cuando los lugareños expresaron su preocupación, "todo quedó registrado", continúa. "Y luego las empresas simplemente dijeron 'ok, recopilamos la información, recopilamos sus inquietudes y lo mitigaremos todo con dinero".

- Medio ambiente vs. prosperidad -

Para muchos conservacionistas, el impacto de esta industria es tal que hablan de "ecocidio".

El sector del petróleo y el gas representa una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de Canadá, según los últimos datos oficiales de 2022. Y solo el sector de las arenas bituminosas, el 12%.

Los científicos han detectado rastros de otras emisiones de contaminantes atmosféricos nocivos, como el óxido de azufre y los óxidos de nitrógeno, en suelos y capas de nieve a decenas de kilómetros de la zona minera.

La industria también consume una gran cantidad de agua, extraída de ríos y lagos cercanos.

"Aún queda mucho por hacer para reconocer el daño causado", lamenta Keith Stewart, de la oenegé ambientalista Greenpeace, criticando a las empresas que se demoran en limpiar.

No obstante, Stewart reconoce un "gran cambio" en la protección del medio ambiente en los últimos años.

"Durante mucho tiempo, incluso la idea de que pudiéramos limitar la expansión se consideró una locura y ahora es la idea de una expansión a gran escala la que parece una locura".

Pero no todos ven las arenas bituminosas como algo malo.

"La realidad es que si mañana cerrara la operativa de las arenas bituminosas, mi comunidad se moriría de hambre", dice Ron Quintal, jefe de los métis de Fort McKay, quien recuerda que "el 95% de los conciudadanos trabajan de una forma u otra en la industria petrolera".

Y las comunidades indígenas han pasado "30 a 40 años" tratando de asociarse con estos proyectos por lo que sería "muy difícil intentar que nuestra gente dé marcha atrás".

Z.Marek--TPP