

Más golpes y menos piñatas: los aranceles de Trump sacuden a los microempresarios de EEUU
Salones de belleza, tiendas de herramientas, piñaterías... en las pequeñas empresas de Estados Unidos se sienten los embates de la salva de aranceles que lanzó Donald Trump en sus primeros 100 días en la Casa Blanca.
En su tienda de fiestas en California, Patricia Loperena ya comenzó a percibir el impacto de la política comercial del mandatario republicano no sólo al ver su materia prima y productos subir de precio, sino a sus clientes recortar los gastos en medio de la incertidumbre económica.
"La gente paró de gastar, y en vez de hacer una fiesta grande, la hacen mucho más pequeña", cuenta la microempresaria de 45 años a la AFP desde su establecimiento en el Valle de San Fernando, el suburbio más tranquilo y residencial al norte de la efervescente Los Ángeles.
Loperena y su familia entraron en el negocio de las fiestas con la piñata, tradicional símbolo de la comunidad latina que niños y adultos golpean con un palo hasta revelar su colorido y azucarado relleno.
Ahora, atestiguan el golpe al bolsillo de su clientela, construida en más de una década y que recurre a ellos para todo tipo de celebraciones. Las fiestas cayeron este año en comparación con el anterior, asegura con base en sus registros.
"Todo está aumentando, y la gente sabe que está impredecible, entonces quieren ser más precavidos", dice Loperena.
La familia anticipó sus pedidos para adelantarse a la implementación de los aranceles y abastecer su inventario.
La medida estabilizará sus precios por unos meses, pero la próxima orden, les advirtió su proveedor, vendrá más cara.
- "Todo va a empeorar" -
Desde que asumió la presidencia el 20 de enero, Trump ha mantenido un tira y afloja en materia de aranceles: subió y bajó porcentajes que activó y luego pausó, amenazó a países vecinos como México y Canadá, y disparó contra una larga lista de países.
Pero sobre todo cargó contra China con aranceles que llegaron al 145%, a lo que Pekín respondió con gravámenes de hasta el 125% sobre los bienes estadounidenses.
En el Valle de San Fernando, muchos pequeños empresarios, que resisten la dura competencia en ascenso del mercado en línea, siguen con dificultad los vaivenes de la política comercial de Trump.
Revendedores, prestadores de servicio y comerciantes, todos dependen de alguna u otra forma de las importaciones.
"Todo viene de ultramar, de China, de Taiwán", dice Ángel De Luna, de 28 años, en su tienda de máquinas de coser y aspiradoras.
Para De Luna, quien toma las riendas del negocio de su padre, los aranceles se presentan como la gota que colmará el vaso para emprendimientos como el suyo, que subsisten en gran parte gracias a los arreglos y el servicio.
"Aguantamos lo mejor que podemos (...) pero probablemente todo va a empeorar", estima.
- "Muchos enemigos" -
El sector servicios tampoco es inmune a la guerra comercial de Trump.
En una concurrida barbería y peluquería en el Valle de San Fernando, su dueño OJ Longmire, señala varias máquinas de cortar cabello y los indispensables productos para modelar y afeitar, dispuestos en una mesa.
"Los productos en mi estación, no creo que sean producidos en Estados Unidos", comenta el hombre de 46 años. Ahora "tenemos que monitorizar cómo los usamos".
Longmire se arriesgó a emprender en plena pandemia, aupado por lo que llama un "gran impulso" del gobierno para "apoyar a las empresas locales".
"Se nos anima a hacer esto. Lo hacemos y ahora (...) estos nuevos aranceles lo complicarán", pronostica. "Definitivamente nos afecta a todos".
A Marcos Ochoa, la incertidumbre le "enloquece". "No sabes qué esperar, no sabes si vas a comprar a precios más altos", se cuestiona este dueño de una tienda de jardinería y herramientas.
El microempresario de 67 años, quien importa mayoritariamente de Japón y Europa, aún no ha sufrido un aumento de los costos, y cree que todavía es temprano para opinar.
Aunque, según Ochoa, Trump "debe parar y pensar qué va a decir o hacer antes de actuar en automático. (...) Necesita calmarse un poco".
Ochoa esperaba los aranceles, pero no tan "fuertes" ni como herramienta para amenazar a aliados como Canadá, que junto a México comparte con Estados Unidos un tratado de libre comercio.
El empresario votó por el republicano porque lo consideraba positivo para los negocios.
"Él fue bueno hace cuatro años, pero ahora, no sé", comenta. "Se está haciendo muchos enemigos, eso seguro".
L.Hajek--TPP